LO QUE VES, LO RECUERDAS.
LO QUE HACES, LO APRENDES.
Un blog para una clase. Una clase para un blog. Queremos expresarnos y divertirnos. Queremos aprender en el ciberespacio. Nuestro lema es: Todo por la moto. Hasta estudiar.
Un prisionero
Estoy tras de las rejas en húmeda prisión.
Mi compañero triste, criado en cautiverio,
es un águila joven que sacude sus alas
y pica en mi ventana su sangrienta ración.
Luego arroja y mira a través de los cristales
como si tramara lo mismo que yo
y me llama con su mirada y con su su grito
como diciendo: “Huyamos... echemos a volar...
Somos pájaros libres; es hora, hermano, ya.
Volemos a las cumbres, más allá de las nubes:
allá donde se ve la ribera del mar,
allá donde habitamos, tan sólo el viento y yo”.
Ésta entrada se la dedicamos “La clase imposible” a nuestra profesora de lengua.
Está creada en honor a un gran pintor murciano, concretamente lorquino, Manuel Muñoz Barberán.
Aquí pondremos un poco de su biografía y sus obras de arte:
Manuel Muñoz Barberán fue un gran pintor murciano, que nació en Lorca (Murcia) el 26 de mayo de 1921.
Él siempre trató de aprender a base de mirar, copias de Marcos Cayuela, Enrique Espín y Joaquín Ruiz.
Sobre los años treinta comenzó a relacionarse con personas que le ayudaron a desarrollar sus inclinaciones artísticas, y en los cuarenta restauró
Viajó por Zaragoza, Madrid y Barcelona visitando museos, y salas de exposiciones. En 1942 decoró la capilla de la comunión en la parroquia de San Antolín de Murcia, y ese mismo año ganó el tercer premio en la exposición regional de Cieza.
Su residencia fija era en Murcia, pero viajaba completamente a Madrid, donde completaba su formación realizando copias en el “museo del prado”, y asistiendo a clases en el Círculo de Bellas Artes. Se relacionaba con pintores e intelectuales del momento. Molina Sánchez, Almela Costa, Luís Garay, Marín Baldo, o Antonio de Hoyos.
Restauró las pinturas de
Pintó carteles para Semana Santa, realizó multitud de obras por encargo, como retratos, bodegones, paisajes e incluso ilustraba a plumilla algún libro. Recibió diferentes premios y en 1968 fue nombrado Académico de número de
Pero ya, finalmente el 1 de diciembre del 2007 hizo que a muchas personas se le quedara un gran hueco en el corazón, como a su mujer Fuensanta Clares y a sus nueve hijos.