lunes, 21 de enero de 2008

Emilia Pardo Bazán


Hemos leído un cuento de esta novelista española que también escribió poemas y crítica, introductora del naturalismo en España. Nació en A Coruña. Era hija de los condes de Pardo Bazán, título que heredaría en 1890. Recibió los estudios elementales propios de una mujer de su condición social, pero su avidez por saber y una autodisciplina autodidacta y sistemática hicieron que se convirtiera en una mujer culta y experta en diferentes disciplinas humanistas. En 1868 se casó con José Quiroga y el matrimonio se trasladó a vivir a Madrid desde donde hacían frecuentes viajes a Francia, Italia, Suiza, Austria e Inglaterra; sus impresiones las dejó reflejadas en libros como Al pie de la torre Eiffel (1889), Por Francia y por Alemania (1889) o Por la Europa católica (1905). En 1876 doña Emilia publicó su primer libro, Estudio crítico de Feijoo, y una colección de poemas, Jaime, con motivo del nacimiento de su primer hijo. Su primera novela, Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina, la publica el año del nacimiento de su hija Blanca, en 1879. La publicación de la novela Viaje de novios (1881), según la crítica, la primera novela naturalista española, aunque la autora lo negara, fue el año en que nació su tercera y última hija, Carmen. Una hepatitis la lleva al balneario de Vichy, en 1880, donde coincide con el escritor francés Victor Hugo y mantienen largas conversaciones sobre literatura que le hicieron variar el rumbo de su escritura. Era una mujer muy culta y de vigoroso talento y de 1891 a 1893 publicó la revista Nuevo Teatro Crítico, redactada por ella en su totalidad. En 1896 viaja a París y allí conoce a Émile Zola, Alphonse Daudet y los hermanos Goncourt; fue también por esa época cuando leyó a los novelistas rusos que tanto influirían en su obra. Pero, además de escritora también tuvo una actividad social y política importante pues fue consejera de Instrucción Pública y activista feminista, actitud que en la actualidad se está revalorizando. Desde 1916 hasta su muerte fue profesora de Literaturas románicas en la Universidad de Madrid, cátedra que se creó para ella.
Después de La tribuna (1883), novela proletaria que tiene como protagonista a una obrera de la Fábrica de Tabacos de A Coruña, encontró el medio más apropiado para su naturalismo en el campo gallego, donde sitúa la acción de su obra más típica y estimada, Los pazos de Ulloa (1886). Historia y naturaleza, religiosidad medieval y paganismo, violencia y sensualidad, feudalismo y barbarie, ciudad y campo, son los elementos temáticos que la novelista combina en un panorama muy bien trabado de la vida rural gallega, en la que intervienen también factores económicos, políticos y eclesiásticos. La madre naturaleza (1887) es el relato de una atracción incestuosa y prolonga algunos de los personajes de su novela anterior. Insolación y Morriña, ambas de 1899, suponen el final de su periodo naturalista. La influencia de la novelística rusa, planteada teóricamente en su ensayo La revolución y la novela en Rusia (1887), queda patente en sus novelas La quimera (1905) y La sirena negra (1908). Su labor como crítica también fue importante. La cuestión palpitante (1882-1883) es una colección de artículos —algunos de los cuales ya había publicado en revistas— en los que trata de explicar su posición ante el naturalismo y provocó un gran escándalo. Era una mujer noble, católica y casada, y la sociedad puritana de la época no entendía ni aprobaba que defendiera los planteamientos de Zola pues aunque criticara las cuestiones antirreligiosas

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